“Desde pequeña tuve una gran afición por los videojuegos, lo cual me llevó con el tiempo a encontrar una pasión por la tecnología y la ciencia ficción”, asegura Cecilia Matus, quien actualmente cursa el último año de Ingeniería Civil Electrónica en el Campus Miraflores de la Universidad Austral de Chile, en Valdivia.
Como resultado de lo anterior, Cecilia se interesó en la robótica y los lenguajes de programación, temas en boga desde hace algún tiempo.
Su compañero de estudios Diego Arias, también de quinto año, vivió toda su vida en el campo, en lugares en los que el acceso a electricidad y agua siempre es limitado. “Producto de esto logré interesarme en buscar formas de generar energía o llevar señal de celular a zonas alejadas”, cuenta.
En su opinión, uno de los sellos de la Universidad Austral de Chile es “el respeto por el ecosistema y la naturaleza”, lo que ha llevado a potenciar fuertemente materias como las energías renovables. Para Diego, esto ha permitido “diferentes oportunidades para desarrollar electrónica para un futuro sustentable”.
Ambos coinciden en que tanto el lugar en el que se emplaza la UACh como el ambiente que se vive al interior de las aulas y laboratorios son aspectos positivos para la formación profesional. Una de las cosas que más le gusta a Cecilia de estudiar en la UACh es “el entorno amigable, el río, los árboles y algunos animales que a menudo visitan nuesto campus”.
Mientras que Diego, por su parte, destaca que le gusta la UACh “por la comunicación y compañerismo que existe”, a lo que añade “la buena disposición de los profesores para orientarnos y ayudarnos a ser mejores personas y profesionales”.
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